Tímida delgadez sin anorexia,
Noches cansadas en insomnio;
La blanca mentira en labios ya vacíos,
secos en besos malditos de una boca estriada.
La voz de un perdón arrepentido agrietando un alma ya cansada.
El tiempo robando la vida;
Recordando lo vivido.
La máxima expresión de cada segundo de delirio;
Aferrándose a lo liso,
Lamentando lo vano.
El casi eterno decaer sin levantarse,
La imperceptible luz de un sol oscuro,
Clamando el lento morir de una agonía olvidada...
Sí,da